The Party es un ejemplo de alta comedia sin secretos superfluos o detalles innecesarios: conversaciones cruzadas entre amigos sobre dilemas vitales que giran en torno a todo tipo de asuntos, desde el sistema sanitario, a la hipocresía de determinada especie de intelectuales y progresistas de profesión, personajes acomodados que, a la hora de la verdad, son todo lo contrario de lo que hacen ver a los demás (e incluso a sí mismos).

La obra habla de tantas cosas que (casi) agobia: de la necesidad de un buen sistema nacional de salud, de la peligrosa dicotomía entre sanidad publica y curanderismo, de la fe religiosa, del ateísmo, de la mentira de los juegos financieros cuyo dinero no está en ninguna parte, de los ideales relacionados con el corazón y las entrañas y no tanto con la cabeza, de la decencia, de la infidelidad, de la contradicción entre ideas y actos, de las nuevas estructuras familiares, del machismo, del feminismo, de la rotunda posibilidad de que no todos los hombres sean violadores. De la vida…. de nuestra vida.